Plaza Fundadores
Técnicamente llamado Friso de los Fundadores de Guadalajara que en árabe significa “río que corre entre piedras”, se encuentra ubicado a espaldas del Teatro Degollado en la calle que cruza con la Plaza Tapatía y está formado por un grupo escultórico que conmemora el sitio del establecimiento definitivo de Guadalajara. Consiste en un mural de tres metros de altura por 21 metros de largo, realizado en altos relieves forjados en bronce que representan a los personajes fundadores de la ciudad.
Pero junto a este conjunto escultórico hay que resaltar también los monumentos en honor de Beatriz Hernández y de Miguel de Ibarra, primer alcalde de Guadalajara.
Además el conjunto de la Plaza Fundadores también sirve de punto de partida para los andadores que llevan al Instituto Cultural Cabañas.
En el friso escultórico Zamarripa retrató tanto a los españoles que fundaron la ciudad como a los indígenas que les acompañaban y participaron en la cuarta fundación de la ciudad. En él también se menciona las regiones de España a las que pertenecían los peninsulares: castellanos, montañeses, vizcaínos y hasta portugueses. El conquistador Cristobal de Oñate fue el jefe de la avanzada, pero fue Beatriz Hernández el espíritu detrás de la fundación de Guadalajara en el Valle de Atemajac.
Sus ahora ya famosas palabras: “Señores, el Rey es mi gallo y soy del parecer que debemos avecindarnos en el Valle de Atemajac”, insuflaron valor en el grupo que había ya vagado por Nochistlán, Tlacotán (Ixtlahuacán del Río) y Tonalá.
A la mano derecha de la escultura de Beatriz Hernández, está una de Miguel de Ibarra, español que además de haber participado activamente en la fundación de Guadalajara, también hizo lo propio en la fundación de Culiacán, Sinaloa. De Ibarra estuvo entre los 63 peninsulares (13 andaluces, 16 castellanos, 6 extremeños, 9 montañeses, 8 portugueses y 11 vascos) que sobrevivieron al fiero ataque de los caxcanes sobre el asentamiento que tenían por Tlacotán. Miguel de Ibarra, veterano de la batalla que Aristarco Regalado califica como “pírrica victoria temporal de los conquistadores” en “Guadalajara. Siete acontecimientos que la encumbraron”, fue regidor de la tercera Guadalajara de 1536 a 1539.
La Plaza Fundadores ha cambiado su fisonomía tanto como la ciudad. El espacio donde ayer se realizó un flashmob dancístico, era antes ocupado por una manzana de construcciones coloniales que no existen más. También existía por ahí unos portales, en lo que era conocido como el Mercado de San Agustín, por la plaza que ahí había. El 30 de abril de 1909 los portales se incendiaron, y sólo un pasillo que los separaba del Teatro Degollado salvó al teatro del siniestro. Tras el fuego, el gobierno decidió no volver a permitir el comercio y los mismos fueron derribados. El Teatro, que llegó después que los portales, siguió ahí… como hoy.
En este lugar inició, de nuevo, la historia de la errante y arrojada gente que fundó Guadalajara, por cuarta y definitiva vez.
Dirección: Paseo Collado s/n, Zona Centro, 44100 Guadalajara, Jal.