El reloj de la muerte
Uno de los primeros relojes instalados en la ciudad de Guadalajara fue el de la fachada del hospicio cabañas. Este reloj al principio fue una novedad y causó admiración entre los habitantes de la ciudad.
El reloj de la muerte del Hospicio cabañas, es una de las leyendas más populares de Guadalajara que en su momento fue una historia de terror para los habitantes en aquella época a mediados del siglo XX, cuando la ciudad se encontraba en pleno crecimiento urbano. El Obispo Cabañas acostumbraba salir a pasear de noche, con el fin de recoger niños desamparados. Un día se encontró a un monje que le dijo: ”Eres una buena persona, siempre oras y además, acabas de construir una casa para la gente más pobre, quiero decirte que esa casa va a ser destruida y habrá guerra y destrucción”. Cuando terminó de decir eso, Cabañas se dio cuenta de que hablaba con el diablo.
El diablo le dijo que sólo había una forma de salvar la casa de la Misericordia y era arrodillándose frente a él, a lo que el obispo se negó y el diablo le amenazó: “Te vas a arrepentir” y desapareció.
Se dice que se cumplió la profecía. Con la llegada de la Independencia el Hospicio fue convertido en cuartel, cárcel y caballeriza. No lo destruyeron pero tuvo otros usos durante 18 años. Cabañas murió en 1824 y nunca lo vio trabajando como hubiera querido.
Según la leyenda, el reloj instalado en el Cabañas fue de los primeros en la ciudad, que se mantenía funcionando hasta que de repente se detenía y luego volvía a funcionar sin la intervención de un operador. Un día se dieron cuenta de que cuando el reloj se detenía, un niño moría. Las monjas vieron ese fenómeno varias veces y consideraron que anunciaba la muerte de alguien dentro del Hospicio.
El reloj fue bautizado como el Reloj de la muerte y fue tanto el miedo que causó que en 1952 terminaran por quitarlo y destruirlo.